viernes, 11 de marzo de 2016

Chano Domínguez Trío


No se corta el humo en el ambiente, ni el local es un antro ni el pianista un perdedor, sino un tipo del Sur de sonrisa amplia de Bahía de Cádiz y melena de estela de vaporcito del Puerto.

Su lugarteniente exhibe una ambigua mueca de tristeza alegre y se abraza al contrabajo como a la vida. Esbelto, enjuto, con su figura a medio camino entre Rodin y Giacometti.

Más allá, camuflado tras su instrumento, el batería. Sabedor de su papel imprescindible pero secundario y de que sus golpes  sobre los platos deben tener la sutileza de una confidencia.

Chano Domínguez (piano), Javier Colina (contrabajo), Guillermo McGill (Batería). Café Central, Madrid,  
El panista viene de Seattle y se disculpa por no haber tenido tiempo de ensayar. No hace falta. Se conocen de tantos años y escenarios juntos que  la improvisación que aparentan camufla una compenetración muy pulida y trabajada.

Su repertorio navega del Guadalquivir a Nueva Orleans pasando por el Caribe. Cantes de ida y vuelta que se prenden al alma para no marcharse.

Fuera, tras las vidrieras, el frío y la lluvia. Y los árboles sometidos por el viento en una danza sincopada e insonora de cristal de aeropuerto. Dentro, los tonos cálidos y la quietud expectante. En frente mía, un economista que lo dejó todo en la capital para montarse un paraíso en forma de hotel rural en Cáceres. A mi derecha, ella.  Inquietante, misteriosa, irresistible. Y a mi espalda, casi rozándome, el pianista.  Me vuelvo y no consigo ver sus manos.  No importa. En los ojos de ella,  con su brillo de teclas,  sus dedos saltan de pupila a pupila.  Y la escena toma tintes de irrealidad. Y sus iris son dos bafles oscuros de donde brotan los acordes.  Y sus piernas infinitas, una tentación de alabastro. Y su vestido, el telón de un escenario a punto de abrirse. Y sus labios, una partitura en clave de sol. Y yo ya no sé dónde acaba la música y dónde empieza ella. Ni qué pasará un minuto después, cuando el piano deje de soñar y ella, con un poco de suerte, me descubra…

3 comentarios:

  1. ...Me estaba imaginando las escenas que describes,en "blanco y negro",no se por qué...
    Te ha faltado decir aquella célebre frase de:"Tócala,Sam,tócala otra vez"�� (Lo digo con humor sano y respeto☺)

    Enhorabuena,muy bien narrado y descrito...pregunta desde el respeto:¿Has publicado en papel,o te han publicado algo alguna vez,por casualidad?(Si prefieres no responder aquí,lo respeto,no te preocupes).Gracias☺

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  2. Enhorabuena por lo que has escrito!
    Muy bonito relato ☺

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  3. Cuando te descubra.....muere

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