Al principio fue la vaca, luego el cuero y, al final, la pelota. La pelota es hija de una vaca, pero lo olvidó y comenzó a rodar huérfana por los campos verdes de Inglaterra. De ahí saltó a Europa y a Sudamérica donde, a falta de madre, buscó socios: Garrincha, Pelé, Di Stéfano, Beckenbauer, Cruyff, Maradona.
En un momento dado, llegó la popularidad y, con ella, los intereses. "Tres bandas”
reclamaron su paternidad a cambio de dinero y la pelota aceptó. Los equipos, cansados de amateurismo, siguieron sus pasos.
No fue el principio del fin, sino tan sólo el fin del principio.
reclamaron su paternidad a cambio de dinero y la pelota aceptó. Los equipos, cansados de amateurismo, siguieron sus pasos.
La pelota oficial del Mundial Brasil 14
Meses antes del Mundial de Brasil, unos tiburones de traje se reunieron en un despacho de Zúrich para determinar los cabezas de serie. De cara a la galería, para que las selecciones “más fuertes” se encontraran en la final. En realidad, para que las dos marcas más fuertes llegaran hasta el final.
El guión comenzó a cumplirse hasta que quedaron cuatro. Dos equipos de Adidas contra dos de Nike. Entonces, algo falló. Alemania ganó a Brasil y Argentina a Holanda condenando el partido por el tercer puesto y la final a dos duelos “fraticidas”.
¿En qué nos hemos equivocado? Se preguntaban los tiburones de Zúrich a bordo de un jet privado.
¿Por qué perdimos? Lloraba un niño descalzo en una favela de Río.
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