miércoles, 18 de junio de 2014

Barbosa, El Hombre Que Murió Dos Veces

Barbosa murió en 2000 pero ésa fue tan sólo su segunda muerte. La primera sucedió medio siglo antes, en Maracaná, cuando Gigghia marcó para Uruguay en la final y Brasil perdió “su” Mundial. Obdulio Varela subió a recoger la copa y Jules Rimet, que tenía preparado un discurso de alabanza a los anfitriones, se la entregó sin abrir la boca.

Barbosa recibe un gol en la final del Mundial 50'

Desde entonces Barbosa, el primer portero negro de la selección en una época en que se ser negro todavía era ser negro, vagó como alma en pena estigmatizado por aquella derrota.

Barbosa tras la derrota de Brasil en la final del Mundial 50'

En el Mundial del 94 quiso visitar, para la grabación de un documental, a la selección de la que una vez había formado parte en su hotel de concentración en Estados Unidos y Zagallo, el entrenador, le prohibió la entrada “para no traer malos recuerdos a los jóvenes jugadores”


“En mi país nadie puede ser condenado a más de 30 años de cárcel, por horroroso que haya sido su crimen, y a mí me condenaron a cadena perpetua” solía repetir. Pero lo que más le dolió en su vida no era aquel gol de Gigghia con el que soñaba  de tarde en tarde, sino el comentario que un  día le escuchó a una madre dirigiéndose a su hijo cuando él pasaba: "Ése es Barbosa, el hombre que hizo que todo el país llorara". Lo que no sabía aquella mujer es que él ya no era él, sino tan sólo su espectro. 


2 comentarios:

  1. Hola,Ramiro,a mi también me alegra que continues escribiendo por aquí.
    Ánimo y suerte!

    Me da penita la historia que nos cuentas.
    Pienso que todos cometemos errores,nadie es perfecto,y como dijo Jesús de Nazaret"El que esté libre de pecado,que tire la primera piedra".

    No todo el mundo es capaz de perdonar,ni de dar segundas oportunidades.
    Me da lástima que este hombre falleciera con la pena de sentirse culpabilizado de por vida...
    La parte positiva,es que intuyo que al menos él consiguió llegar a perdonarse a sí mismo.Aunque supongo que ya nunca volvió a ser el mismo.

    Él cometió un error involuntario,los que lo "apartaron" lo hicieron a conciencia...
    Espero que allá donde esté,descanse en Paz,y pueda sentirse al fín "perdonado".

    A menudo,nuestras hazañas pasan más inadvertidas que nuestros errores,en mi modesta opinión.

    Besos!

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  2. Así es como tú dices, Silvia. . Hay "errores" que acaban eclipsando injustamente nuestros logros. Muchas gracias por tu comentario!

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