viernes, 27 de abril de 2018

No Es No

No, no es

Un coño rodeado de carne. Un objeto con agujeros donde meterla. Una falda que irremediablemente nos provoca. Unos tacones que piden guerra. Un ejemplar del “sexo débil” que no debe regresar tarde a casa, que no debe andar sola, que no debe beber “como un hombre” y bajar la guardia.





Es no, ¿no?

Lo que se esconde detrás de su no, de sus ojos desorbitados, de su cuerpo paralizado por el miedo, de sus pulsaciones aceleradas.



No es no

 Con su rotundidad, su carencia de ambigüedad, su convicción, su certeza, su hartazgo, su petición. Así, sin comas, sin aditivos ni necesidad de explicaciones, con las palabras en ese orden,  sin propiedad conmutativa que valga. Que ya está bien de tanto disléxico de la razón y del sentido común; disléxicos de los actos - a ver cuando aprenden que “suicidarse” va antes de “matarla” y que no admite intercambio cronológico-; y disléxicos de las leyes, esas que anteponen  patriarcado y machismo delante de igualdad y  libertad.   





2 comentarios:

  1. Se agradecen las palabras masculinas razonables. A por el fin de la dislexia.

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    1. En este barco estamos todos y eliminar esa "dislexia" es tarea conjunta. Gracias por subirte a este balcón Celia.

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