sábado, 3 de febrero de 2018

Muchos hijos, un mono y un castillo

Martes, 30 de Enero de 2018

Todas las familias tienen algo que las hace únicas. Y todas tienen  algo que las iguala a las demás. Y esto, lejos de ser negativo, puede ser un “consuelo”.

Gustavo Salmerón buscaba material para su primer largo y un buen día descubrió que lo tenía en casa. Su propia gente y, en concreto, su madre Julita que, con su naturalidad innata, nos gana desde el primer momento.



Ella soñaba con tener muchos hijos, con tener un mono y con tener un castillo. Todos esos sueños los cumplió. Aunque luego no resultara como esperaba.

Julita es un espejo en que reflejarnos. Sus contradicciones – odia a Franco por provocar una guerra en la que sufrió mucho,  pero fue feliz siendo falangista y, aunque quiso ser monja, no cree en Dios…o tal vez, en el fondo, sí -, su manera de envejecer – junto a un marido al que quiere aunque se peleen, aunque ya “no la toque porque está gorda” -, su manera de acumular cosas inservibles…

Julita

 Salmerón tuvo la sensibilidad de intuir ese diamante y filmó a su familia durante 15 años.

Una buena idea, una cámara, la colaboración paciente de sus hermanos, el contrapunto imprescindible de su padre y la impagable espontaneidad de Julita.

Hilarante, deliciosa, magnética. El buen cine no es cuestión de medios, sino de ideas.







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