domingo, 15 de noviembre de 2015

Librería Hispana

La primera vez que tengo conciencia de haber entrado allí fue una tarde invernal en que no tendría más de 7 años. Yo deambulaba alucinado por aquel minúsculo universo al que popularmente todos conocíamos como el "X Chico” tratando de comprender  cómo era posible que cupieran tantas letras en tan poco espacio mientras mi madre, botas negras altas por fuera de los vaqueros, abrigo de paño hasta las rodillas y guantes de piel fina, siempre elegante, conversaba con Paquita, aquella señora de sonrisa perenne y porte de maestra antigua que, siempre amable con nuestros mayores, atendía el negocio.

Recuerdo aquella vez haberme encaprichado de un juego de cartas atractivamente ilustradas para niños con escenas de familias de distintas partes del mundo - tiroleses, indios americanos, africanos…- con su respectivas indumentarias y su kit completo de estereotipos. Yo, que soñaba con viajar de mayor a conocer todos esos lugares, le insistí a mi madre, casi hasta el llanto, para que me las regalara.


Quién me diría a mí que años después, siendo yo ya adolescente y cuando mi sueño de viajar por el mundo se hacía realidad a través de los Coros y Danzas, que aquella librería se convertiría en el lugar de peregrinación de mi madre, de nuestras madres, para saber de nosotros y de cómo nos encontrábamos en nuestras andanzas "artísticas" a un lado y otro del Telón de Acero y del Atlántico. 

La directora y fundadora del grupo, Adela Ramírez, era la mujer del dueño de la librería, Antonio Vázquez, y, cada tanto, llamaba allí por conferencia contando nuestras venturas y desventuras para que él tuviera informadas a nuestras familias en esa "era" pre-internet y pre-móvil. 

Adela Ramírez y Antonio Vázquez en la puerta de la Librería Hispania


Este viernes pasado, Día de las Librerías en España, Ángeles Castillo creadora de esa divertida página en Facebook que es Eres de Ronda si colgó en ella un par de fotos de la Librería Hispania por aquella época y a mí se me vinieron todas estas imágenes a la memoria. 


Misma imagen en los años 80's



Todas éstas y una más que yo no viví pero que algún día creo haberle escuchado  Antonio Vázquez: primera mitad de los 80’s, Borges, ya ciego, con su inseparable María Kodama del brazo, entrando en el “X Chico. No recuerdo qué libros me contaron que se llevó pero sí que su presencia en el interior de aquél ínfimo espacio de la Calle de la Bola, me persiguió durante algún tiempo. 

8 comentarios:

  1. Ramiro,lo primero,desde el respeto y afecto,felicitarte,no sólo por el hecho de que tengas un "don" para la literatura,para escribir,para plasmar pedacitos de vida en papel,o en internet :) ...sino también,porque en días como hoy,donde las noticias de actos terroristas indiscriminados golpean el corazón y empañan la retina,es agradable leer algo amable,ameno,que te transporta como una improvisada"maquina del tiempo" a otra época y lugar,y te hace olvidar por momentos otras realidades.
    Desde la humildad,gracias por compartir con los lectores estas vivencias.
    Y ánimo para seguir escribiendo!
    Un abrazo!

    (Cuando pase por Ronda,me fijaré en dicha librería)

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  2. Siempre un gusto pasar por este rincón tuyo que plasma esa Ronda de nuestra generación.

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  3. Emotivos recuerdos que nos trasladan a una época quizá difícil todavía para muchos, pero llena de esperanza e ilusiones, de alegría y buena vecindad, de afán de cultura, de cantos, bailes y guitarras... Adela, Antonio Vázquez, Antonio Martín, el Eco de la Serranía, Paquita, Carlos Fernández, Cayetano Chantar... Aquella librería fue el centro cultural de la Ronda de los años cincuenta. Mi emotivo recuerdo para tantos amigos que pasaron por ella y el abrazo a los que aún pueden contarlo, especialmente a Adela, hacedora indirecta de aquella añorada realidad.

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    1. No sabía que la Librería Hispana databa de los años 50's Juan Antonio... Gracias por asomarte a este balcón. Un saludo.

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